miércoles, 29 de diciembre de 2010

Palabras del Dr. Ramón J. Velázquez sobre el pan y panaderias en San Cristóbal, dictadas por vía telefónica, a la señora Leonor Peña.


Dice el Dr. Ramòn J. Velázquez que la señora Nina Estella de Villasmil, madre de los Villasmil Estela, que vivian en la esquina subiendo del Edificio Nacional y casó con Don Domingo Villasmil, tenía una panaderia en su casa, hacian pan para vender, el dice así textualmente: - y es el titulo de la crónica del pan que yo escribire para este trabajo, tomando esta frase del Dr Velázquez- “¡ERA UN PAN GLORIOSO!”, lo que uno veia llegar en una cesta cubiertas con paños blancos, era como la distribución de las hostias, casi sagrado; era una panaderia dentro de la casa de familia, diagonal con los Branger, frente a los Necker Quintero, donde vivía la familia de don Jorge Necker, que una de ellas Doña Eli Necker fué esposa del señor Caraciolo Carrero Prato y de alli surge la familia Carrero Necker y la otra hija de Don Jorge Necker fue casada con Don Jorge Casanova; el pan elaborado con todo el arte, la higiene y la calidad del artesano, del mejor artesano, era ese pan hecho por Doña Nina.

Tambien tenía una gran panaderia, y podria decirse que era un glorioso pan el de Don Julio Torres en la Plaza La Ermita, era una gran panaderia. La esposa de Nemecio Morantes tenía también una panaderia, ellos eran conocidos por sus hijos que aunque eran una familia de clase media, trabajadora, sus hijos eran famosos por ser elegantísimos, dice el Dr Velazquez. Este señor Nemecio Morantes era muy amigo de Don Israel Ramírez quien tenía un local en la esquina del Edificio del Mercado del antiguo Mercado Cubierto, poseía un almacen y despues estaba el almacen de Don Ernesto Iriarte y el almacen del señor Cacique; esa tienda del señor Cacique que fue muy famosa, allí algunas veces se veian sus hijos, el fué el padre de Joel Cacique. El 22 de octubre de 1899 ellos se fueron para Caracas, pero se regresaron, Don Israel Ramírez a poner su tienda a una cuadra de la Plaza Bolívar y Don Julio Torres en la Plaza La Ermita.

Entonces fueron tres panaderias de las que el habló: la de Nina Estela de Villasmil, la panaderia que tenia el señor Julio Torres en la Plaza de la Ermita y la panaderia casera que tenía la esposa de Nemecio Morantes. Todo esto que el dijo fue durante principio del siglo XX cuándo el Dr. Ramón Velazquez era apenas un niño de 5 a 6 años, actualmente tiene 94.

La panaderia más famosa en San Cristóbal, según cuenta el Dr. Velazquez y en sus palabras repito: la más famosa, la más aristocrática, la que olía a catedral era esa panaderia de Doña Nina Estela de Villasmil y después estaba la segunda que era la de Doña Carmelita de Morantes, la esposa de Nemecio ellos tenia tres hijos muy elegantes y la hija era una niña muy bella, vivían a una cuadra de la Plaza Bolívar donde fué durante 30 años el Club Demócrata; luego estaba la gran panaderia de Don Julio Torres en La Ermita, el estuvo casado una hija del Gral. Aurelio Amaya.

Habia mucha elaboración del pan en la ciudad, en ese edificio que se llamó el Mercado Cubierto existían toda clase de pan y había toda una ala del edificio al entrar donde se podía ver en las vitrinas todos los producto de panaderia, ese edificio fue construido por una sociedad de ciudadanas de San Cristóbal en donde estaban los Semidei y los Branger, y eran unas vitrinas inmensas las que conformaban esta area de la panaderia y vendian pan de todas las clases.

En el ala siguiente estaban las carnicerias. El pan era muy bueno y venia de todas las panaderias de San Cristóbal, luego llegó el pan frances que es un pan hecho de harina, sal y horno. Ademas de todos los panes blancos estaba el pan de panela, el pan moreno, la acema se hacia por lo regular con panela y los italianos que a partir que alrededor de 1840 produjeron una gran variedad de pan entre ellos el bizcocho.

La panaderia italiana era casera, por eso cuando llegaron las familias cada uno sabia y traia sus recetas, porque el pan de ellos se elabora en casa, lo mismo en La Grita y en Táriba, se vendia un pan con queso y miel que, en el centro, llamaron golfeados pero que aquí en el Táchira tiene otro nombre, son como las quesadillas. Había unos rellenos con dulce de cidra, con miel de cidra y queso.


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